Mariano Cervini
2 min readOct 25, 2024

Sobre la piel de la tierra

Es un viernes muy nublado en Almagro

tengo cuarenta y tres años

dejo que Lola exista por la casa

mientras abro la ventana de mi balcón francés

y quedo en cuclillas

con un tramontina

clavo rápido en la maceta del lazo de amor

quiero revivirlo

quito las hojas secas

no soy delicado

necesito llegar al fin de la tarea

que las raíces reciban el agua

lo único que tengo para ofrecer.

Lola asoma su hocico a lo cotidiano

observa mi pose

sabe que pasa algo que nunca vio

me veo desde afuera

abstraído

como parte de esta humedad invisible

que contamina

mientras hago pequeños cortes

sobre la piel de la tierra

en esa maceta que contiene a la planta

-quiero salvarte- le digo.

Hoy corrí diez kilómetros

fui al supermercado

limpié la bacha de la cocina

escuché jazz

mi vida es tan simple

como el dolor que la circunda.

No tengo más expectativas

frente a mi ventana cuelgan dos palomas en un cable

pienso en lo delicado que es vivir

más tarde iré al cine

tomaré café

buscaré refugio en aquel mantra que repito

tatuado en las líneas de mis manos

que no se acabe el cielo de vuelta

que la noche no llegue tan pronto.

Sueño

Mamá era joven

atendía en la librería de nuevo

la veía envuelta en luz detrás del mostrador

los cachetes rosados, la piel sin marcas

yo venía del futuro

con la alegría de saber

que quedaban tantos años por delante

ella no se sorprendía de verme mayor

casi de su edad

al contrario

me reconocía enseguida

y nos dábamos un abrazo

-Mamá, en el futuro vamos a ser felices- le decía

sus pupilas se agrandaban sin llorar

una plenitud fuera del tiempo nos hacía universales

mientras la librería se desvanecía detrás de nosotros

y le contaba que en 2024 iba a seguir haciendo

el budín de queso que tanto nos gustaba.

Mariano Cervini
Mariano Cervini

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